
La casa esta vacía, creo que sus dueños la han abandonado, y la verdad es que quiero ocuparla porque me gusta mucho, se ve que tiene historia, es grande y aunque este deshabitada se siente la vida que antes tuvo, si casi escucho las carcajadas de los niños jugando y aun percibo el frío que quedo en la habitación donde murió la abuela. Siento como si fuera mi casa, mi hogar. Por lo menos el hogar al que alguna vez pertenecí y del cual decidí arrancar, buscando una razón para seguir existiendo, razón que no se si ya encontré.
La casa, de dos pisos, ya vieja por el paso del tiempo, me mira y yo le miro a ella, nos comunicamos en una interacción que me transporta hacia el pasado y me hace sentir toda la esperanza que alguna vez tuvimos cuando la vimos en su construcción, la cual nunca acabo, me fui de ella y aun mi antigua casa no esta terminada.
Al mirar mi casa la pena me invade, siento que el mundo ya se acaba pero aun así la muerte inminente es lo suficientemente lenta para hacerme sentir una torturada, una mujer de estos siglos. He dicho, una torturada.
Me siento en el suelo, pongo a Caetano Veloso, abro mi cartera y saco la carta que escribí la noche en que me fui de aquí cuando toda mi familia aun existía, carta que nunca entregue
Porque me dio vergüenza, y hoy me pregunto porque sentí tanta vergüenza de expresar el inmenso amor que les tenia. En vez de abrazarlos y decirles que los amaba me quedaba callada y enrojecía.
La casa, de dos pisos, ya vieja por el paso del tiempo, me mira y yo le miro a ella, nos comunicamos en una interacción que me transporta hacia el pasado y me hace sentir toda la esperanza que alguna vez tuvimos cuando la vimos en su construcción, la cual nunca acabo, me fui de ella y aun mi antigua casa no esta terminada.
Al mirar mi casa la pena me invade, siento que el mundo ya se acaba pero aun así la muerte inminente es lo suficientemente lenta para hacerme sentir una torturada, una mujer de estos siglos. He dicho, una torturada.
Me siento en el suelo, pongo a Caetano Veloso, abro mi cartera y saco la carta que escribí la noche en que me fui de aquí cuando toda mi familia aun existía, carta que nunca entregue
Porque me dio vergüenza, y hoy me pregunto porque sentí tanta vergüenza de expresar el inmenso amor que les tenia. En vez de abrazarlos y decirles que los amaba me quedaba callada y enrojecía.
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